Ellos se ocupan de mis sueños, son mis aliados y me ayudan cada uno a su manera a darles forma, color y realidad.
Amo a los ángeles,muy especialmente......porque ellos saben distinguir cuál es el verdadero esplendor entre tantos otros brillos.
Los amo por tener esa certeza, tan angélica, de saber cuál es la mejor alternativa, la más luminosa cada vez que, parados en una encrucijada, estamos desorientados y vacilamos ante qué camino elegir.
Su existencia comienza exactamente en el limite donde termina nuestro pensamiento racional y lógico donde termina nuestro mundo convencional y rutinario. Pasando ese límite, comienza la sorpresa y el asombro. Allí es posible encontrarlos, sutiles, livianos de rostros luminosos y hermosos ropajes.
Amo a los ángeles, muy especialmente por haber extendido sus alas para ayudarme a pasar esas fronteras racionales y llegar a un sitio donde uno se transforma y comienza nuevamente a tener FE. Para eso tuve que dominar mi mayor miedo, el de ser diferente.
Cada vez que estaba desorientada, ellos susurraban mensajes fantásticos en mis oídos y dejaron señales, para indicarme el camino de mis sueños, tan fácil de perder.
¿Cómo no amarlos después de estas experiencias?
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