Algo en ellos se resistía a que yo cambiara mi vida, aunque fuera para mi bien, porque en el fondo eso les obligaba a enfrentarse ellos también a muchas cosas que en realidad casi nadie desea ver y saber.
"Es la comodidad del dormido. El que duerme no quiere despertar y cuando empiezas a hacerlo tú, provocas un movimiento interno muy fuerte en los demás. Al animal llamado hombre no le gusta eso. Siente que se quiebran las estructuras que anclan su mente a este mundo de ilusión y el vértigo que produce la luz de la verdad es demasiado insoportable para el que no está listo", decía el maestro. Cuando hablaba del animal hombre, lo hacia siempre refiriéndose a la masa abstracta de gente que regalaba de forma inconsciente toda su energía, voluntad y poder a la fuerza que conforma y cuida de la matriz que llamamos mundo real y que los chamanes conocen como voz del mundo.
El despertar de los maestros creadores- Victor Brossa
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