Nuestro cuerpo funciona de acuerdo con nuestra manera de pesar dentro de los limites de lo que nuestro verdadero ser se ha propuesto. Cuando llegamos a la vida terrestre se nos olvidan los propósitos que nos fijamos para esa experiencia. Si necesitábamos aprender la humildad y no hacemos nada para ser humildes, sino que desperdiciamos las oportunidades que se nos presentan, nuestro Yo interno promueve otros estímulos que nos lleven a desarrollar esa virtud. No es crueldad del destino sino sabiduría, ya que esta vida nos sirve para perfeccionarnos y no para pasarla bien únicamente.
Si viviéramos en perfecta armonía, seríamos felices, ya que la verdadera felicidad viene de no oponerse a lo que la vida nos presenta y actuar acorde con la ley del amor.
Cuando decimos que el cuerpo funciona según pensamos, nos referimos a que si nuestra manera de pensar es negativa se irán plasmando en el cuerpo deformaciones producidas por los bloqueos energéticos del cuerpo astral,dando como resultado deterioro y enfermedad. Cuando el pensamiento es positivo se genera una energía de equilibrio que evita lo anterior.
Sin embargo, nos encontramos ante personas que son muy egocéntricas y que, a pesar de esto, no tienen enfermedades ni deformaciones. Esto se debe a que su Yo interno ha escogido tener una experiencia saludable para encontrar el equilibrio de esa manera y entonces contrarestar la negatividad con su propósito de abrir conciencia. Si no lo logra así, en una próxima experiencia en la tierra se expulsarán todas esas toxinas con una enfermedad congénita o grave, como cáncer o sida.
Por el contrario, vemos muchas personas muy adelantadas espiritualmente con problemas de salud muy serios, y esto corresponde a la voluntad del Yo interno de superarse y acabar de una vez por todas con la rueda de encarnaciones.
El deseo voluntario de sacrificarse en la vida física sirve para adelantar en el desapego de la materia, dando por sentado que nos es que se necesite sufrir para avanzar en la apertura de conciencia, pero es un método muy eficaz.
Si el deseo del alma es seguir expresándose en la materia física, continuará buscando experiencias agradables que muy poco le ayudarán en su progreso, hasta que se vea impulsado a avanzar hacia la luz en donde se originó. Este impulso siempre está latente y nos lleva a la larga a nuestro destino.
Si a alguien le toca en al vida una enfermedad que no está a su alcance curar por limitaciones económicas,es porque necesita purificarse de esa manera, no porque esto sea una crueldad suplementaría. A veces se presentan circunstancias que parecerían ser la solución a una determinan enfermedad o problema, pero si ellas no están a nuestro alcance, sino que son inaccesibles, es para aprender la aceptación de lo que nos toca vivir sin que tratemos a toda costa de solucionar el problema de esa manera, ya que si nos empeñamos en alcanzar lo que no está en nuestras posiblidades, no se solucionará de ninguna forma.
Debemos ajustarnos a nuestros propios medios, ellos están diseñados para nuestro aprendizaje, y el tratar de forzarlos solo nos llevará a un nuevo descalabro. Vivir siempre aspirando a tener lo que no se tiene es verdadero apego al mundo material. Es por eso por lo que el Ser Real diseña nuestras nuevas medidas de desapego y aceptación que deberían ayudar a desapegarse del plano físico.
El dolor no es más que el resultado de nuestros deseos contrariados, y el apego abre la brecha al mismo cuando no sabemos soltar lo que nos apega, ya sean afectos, posesiones o posición social.
Una puerta hacia la luz (Edaf)
Si viviéramos en perfecta armonía, seríamos felices, ya que la verdadera felicidad viene de no oponerse a lo que la vida nos presenta y actuar acorde con la ley del amor.
Cuando decimos que el cuerpo funciona según pensamos, nos referimos a que si nuestra manera de pensar es negativa se irán plasmando en el cuerpo deformaciones producidas por los bloqueos energéticos del cuerpo astral,dando como resultado deterioro y enfermedad. Cuando el pensamiento es positivo se genera una energía de equilibrio que evita lo anterior.
Sin embargo, nos encontramos ante personas que son muy egocéntricas y que, a pesar de esto, no tienen enfermedades ni deformaciones. Esto se debe a que su Yo interno ha escogido tener una experiencia saludable para encontrar el equilibrio de esa manera y entonces contrarestar la negatividad con su propósito de abrir conciencia. Si no lo logra así, en una próxima experiencia en la tierra se expulsarán todas esas toxinas con una enfermedad congénita o grave, como cáncer o sida.
Por el contrario, vemos muchas personas muy adelantadas espiritualmente con problemas de salud muy serios, y esto corresponde a la voluntad del Yo interno de superarse y acabar de una vez por todas con la rueda de encarnaciones.
El deseo voluntario de sacrificarse en la vida física sirve para adelantar en el desapego de la materia, dando por sentado que nos es que se necesite sufrir para avanzar en la apertura de conciencia, pero es un método muy eficaz.
Si el deseo del alma es seguir expresándose en la materia física, continuará buscando experiencias agradables que muy poco le ayudarán en su progreso, hasta que se vea impulsado a avanzar hacia la luz en donde se originó. Este impulso siempre está latente y nos lleva a la larga a nuestro destino.
Si a alguien le toca en al vida una enfermedad que no está a su alcance curar por limitaciones económicas,es porque necesita purificarse de esa manera, no porque esto sea una crueldad suplementaría. A veces se presentan circunstancias que parecerían ser la solución a una determinan enfermedad o problema, pero si ellas no están a nuestro alcance, sino que son inaccesibles, es para aprender la aceptación de lo que nos toca vivir sin que tratemos a toda costa de solucionar el problema de esa manera, ya que si nos empeñamos en alcanzar lo que no está en nuestras posiblidades, no se solucionará de ninguna forma.
Debemos ajustarnos a nuestros propios medios, ellos están diseñados para nuestro aprendizaje, y el tratar de forzarlos solo nos llevará a un nuevo descalabro. Vivir siempre aspirando a tener lo que no se tiene es verdadero apego al mundo material. Es por eso por lo que el Ser Real diseña nuestras nuevas medidas de desapego y aceptación que deberían ayudar a desapegarse del plano físico.
El dolor no es más que el resultado de nuestros deseos contrariados, y el apego abre la brecha al mismo cuando no sabemos soltar lo que nos apega, ya sean afectos, posesiones o posición social.
Una puerta hacia la luz (Edaf)

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