
Me hallé después de haber incinerado los trajes del engaño
Para hablar con alguien preso en su ego no le ofrezcas resistencia, entra en su celda, transfórmate en su espejo. Deja que se vea en ti porque él nunca se ve, refugiado en su ayer, llamando caricia al arañazo, rumiando el placer de la insatisfacción. Ayúdalo a abatir los muros que lo encierran, borra de su mente las ideas tatuadas, dale el deseo de vivir lo suyo y no lo impuesto.
Alejandro Jodorowsky
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