Conversaba con una chamana amiga sobre lo agradecida que me sentía estos días con muchas personas que ha raíz de un problema familiar me habían brindado su ayuda. Estaba asombrada de ver que algunas de esas personas habían aparecido recién en mi vida y su disposición al apoyo desinteresado fue inmediato.
Fue grato recibir un correo donde una querida amiga decía sentirme triste y que si en algo podía ayudar (no había hablado con ella de lo acontecía), por ello mi sorpresa.
Está amiga con la sabiduría que la caracteriza me dijo: "Yanett, no veo porque te asombras, o es que no recuerdas que todos estamos conectados y hay lazos que nos unen y no los vemos".
Recordé que todos somos UNO y que hubo un tiempo en estábamos unidos a través del pensamiento y que sabíamos por ello lo que la otra persona quería o sentía. Tiempos en que la ayuda mutua desde el corazón unía pueblos y personas en causa del bien común.
Tiempos en que solo existía un solo mensaje, el amor incondicional hacia el otro.
Por todo gracias, gracias a todos los llevo en el corazón.
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