Carta ami hijo: Pequeño duende
Hola mi pequeño, esta carta lleva un aroma especial y único: Un amor que no se compara con nada, eres mi sueño hecho realidad, eres y serás mi dulce melodía. Soy tu madre y eso es para siempre.
Todavía eres pequeño y no entenderás todo esto, estas palabras que con sentimiento te escribo y seguro que tardarás en leerla, pero quiero que sepas que cuando te hagas más grande y entiendas, verás que cuando hagas alguna trastada, seré yo la que se enfade y te regañe, quizás te castigue, seré la que te secara las lagrimas y te abrazará cuando la vida no te trate bien, la que te haga carantoñas para sacarte esa sonrisa linda que me mata de amor. Seré y soy muchas cosas para ti, pero sobre todo, seré tu súper heroína.
Me gusta verte esos ojitos lindos que tienes, porque en ellos puedo ver todo el mundo que te rodea, eres mi prolongación y nacistes con amor, y son tantas personas las que te aman porque eres nuestro eterno angelito.
Desde hace dos meses y medio estoy aprendiendo esta clase nueva de amar, porque se que tu eres mi mitad, un pequeño pedacito de mi. Supongo que así es el amor de madre, entregarme a ti sin miedo, y más allá de todas las circunstancias: Te quiero cuidar y quiero estar siempre ahí para ti, sobre todo cuando más me necesites. Te enseñaré a sobrevivir en este mundo que a veces no se entiende, pero tu me enseñarás a ser una madre fuerte.
Hoy recuerdo cuando por fin estuviste en mis brazos, mi corazón se desbordó y de repente me entró todo el miedo del mundo, pero en el fondo, sabía que eras perfecto, sentí que tenía que protegerte de todo, prometí cuidarte, enseñarte y defenderte con garras y dientes, dar mi vida si era necesario.
Rio con tu graciosa sonrisa picarona. Vida mía, eres todavía un bebé, pero espabilado, que cuando me miras con esos ojitos y te ries a carcajadas me robas el corazón. Me encanta tenerte en mis brazos, olerte y cuando siento que mi mundo se cae, te miro y esa sensación desaparece con solo tenerte cerquita de mi.
Quiero lo mejor de ti, quiero que lleves en tu corazón todo el amor del mundo, te enseñaré a mirar con esos ojos especiales del alma, y procuraré que crezcas feliz, porque eres y serás el orgullo de mi vida, porque desde muy chiquitito ya eras un luchador.
Quiero que cuando crezcas veas crecer a las mariposas, su aspecto no es muy bonito al principio, pero se van transformando y de ser orugas pasan a ser lindas mariposas, que despliegan sus alas con colores brillantes y aunque sean muy frágiles, pueden volar dirección al viento…
Te queda bastante para crecer y convertirte en mariposa cielo, crecerás y te transformarás: Tus cualidades se distinguirán entre todos, no tengo duda ninguna de que algún día tendrás talento y que te abrirás camino en tu vida.
Desde ahora te aconsejo mi duende, que aprendas a madurar poco a poco, primero se un niño feliz y después no pierdas interés en las cosas, porque el mundo es muy diverso y tus días se llenaran de experiencias.
Mantén tu optimismo, para que puedas, con energía siempre tirar para adelante
Mantén tu empeño en hacer las cosas desde el principio hasta el final, pues te dará el ímpetu de alcanzar las metas que desees
No pierdas nunca tu entusiasmo en todo lo que hagas!!! Pues te ayudará a sentirte siempre alegre
Mantén tu confianza en ti mismo, pues te ayudará a arriesgarte sin temor al fracaso
No pierdas tu sensibilidad, pues te ayudará a comprender al mundo y enfrentar con valentía la injusticia
Mientras sigues creciendo, a tu propio ritmo, cada día más, recuerda siempre que mi orgullo por ti aumenta sin cesar y que te amo!!
Tu madre, que te quiere con locura, porque eres lo mejor de mi.
Aninoir
No hay comentarios:
Publicar un comentario