sábado, 6 de julio de 2013

Nuestro cuerpo responde a las pérdidas…

Hay muchos tipos de duelos
¿Por ejemplo?
Al salir de casa de los padres, tras la jubilación, una expropiación, un exilio, un internamiento, la emigración, un robo, la menopausia, la menstruación, el mismo parto, el abandono de la pareja y muchas más.
¿Qué sucede con esos duelos?
Una primera pérdida importante no elaborada por el que la sufre, o por un miembro de su árbol genealógico, puede estar reapareciendo una y otra vez hasta que se termine de metabolizar en nuestra psique. La enfermedad es una metáfora de ese duelo primario no resuelto y se puede manifestar de múltiples formas: perdemos órganos, cabellos, capas de piel, dientes y hasta extremidades…
¿Los accidentes guardan conexiones con esos duelos?
A veces es un accidente o incluso una automutilación en un brote psicótico o un episodio depresivo, lo que hace que perdamos algo de nuestro cuerpo. Un ejemplo que se me ocurre es el de Vicent van Gogh, que cargó toda su vida con la muerte de su hermano del que heredó el nombre y con la severidad de su padre. Toda su vida estuvo obsesionado por la muerte, perdía todas sus relaciones sentimentales y ya sabemos que fin tuvo su oreja derecha.
¿Hay algo positivo en todo esto?
Siempre hay una buena noticia, podemos actuar: emplearnos en analizar el mensaje de la enfermedad, vivir las fases del duelo aceptando cada una de ellas con plema conciencia, estudiar nuestr

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